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Leonard Cohen saludó  a Oviedo con su estilo sereno y educado
Leonard Cohen firma un libro a un fan. miki lópez / Miki López

Leonard Cohen saludó a Oviedo con su estilo sereno y educado

El autor llegó anoche, escuchó a los gaiteros y firmó libros a sus seguidores

Miércoles 19 de Octubre de 2011
Oviedo, Javier BLANCO

Leonard Cohen llegó en hora nocturna, una hora que va bien a su aspecto discreto y silencioso. Se le inquirió un poco ¡«Mister Cohen, Mister Cohen»!, pero el señor Cohen decidió atender a un grupo de fans que esperaban con libros. En un momento estampó su firma en tres o cuatro obras suyas, con un gesto que denotaba su sonrisa y la amabilidad de este viejo dandy.

Entre la hora, alrededor de las diez y media de la noche, y el «atuendo Cohen», muy en la onda del cantante, tal parecía que estábamos ante un momento vivido anteriormente, bien sea escuchando algún disco suyo, bien sea leyendo alguna de sus obras: gabardina negra y su eterno sombrero, al menos ese sombrero escénico estilo «El viajero» de Úrculo.

Ciertamente era el Leonard Cohen de las imágenes, el que está reflejado de toda la vida en la memoria de cada cual, más aún después de la última gira que realizó y que actualizó esas formas suyas de salir a escena.

Así que al menos se ganó al personal (la mayoría con cámaras, grabadoras y rotuladores) y los citados seguidores con ese punto de serenidad que siempre proyecta. Es decir, se apeó de su coche, con una comitiva discreta, al contrario de otras estrellas de la música (y de la literatura, en su caso) y rápido saludo con su manos unidas haciendo una reverencia de agradecimiento.

No dio mucha chance, pero dio más chance que otros grandes de la música. Concluyó su llegada observando a los gaiteros, que lo recibieron y, con un mano en el bolsillo, se retiró hacia el hall del hotel Reconquista vía habitación, se supone.

No dio para mucho más la espera, a la espera (valga la redundancia) de que hoy mismo deje alguna reflexión interesante en la charla que mantendrá con la prensa.

Entre el ajetreo de la llegada de Leonard Cohen se cruzó en el camino el psicólogo Howard Gardner, premio «Príncipe de Asturias» de Ciencia Sociales, con el que un psicólogo asturiano mantuvo una breve conversación. Tampoco dio para mucho ese momento porque ya «se encontraba muy cansado», dijo su acompañante. Eso sí, el psicólogo preguntó con cara de analista: ¿Quién es el que provocó tanto ajetreo?

-Leonard Cohen -se le aclaró. El estudioso sonrió de manera lateral, quizá con un punto de ironía.