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14 de Junio, 2012
Premio a la mayor red humanitaria del mundo
Foto de archivo de voluntarios de Cruz Roja con niños recogidos en una patera, en Algeciras. / EFE
Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional

Premio a la mayor red humanitaria del mundo

La Cruz Roja y la Media Luna Roja se llevan el galardón de Cooperación Internacional por su misión centenaria frente al sufrimiento humano - El jurado valora su presencia activa en 187 países y sus principios de universalidad y neutralidad en pro de la vida, la salud y la dignidad

Jueves 14 de Junio de 2012
Oviedo, Eduardo GARCÍA

Cuentan que la idea de la Cruz Roja nació frente a un campo de batalla lleno de soldados muertos y heridos. Corría el año 1863 y desde entonces aquel proyecto que se abrió paso entre el desastre tan habitual en el ser humano no hizo más que crecer. Hoy, la Cruz Roja y la Media Luna Roja suman más de 13 millones de voluntarios en el mundo, con presencia en 187 países, una historia apasionante y tres premios Nobel en sus estanterías. A los Nobel se les unió ayer el premio «Príncipe de Asturias» de Cooperación Internacional 2012 «por sus principios fundamentales de humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad». Un movimiento dedicado a prevenir y aliviar el sufrimiento en situaciones de conflicto armado o emergencias.

El jurado tuvo muy en cuenta la historia, pero también el presente o, por así decirlo, el pasado más inmediato. Son las acciones coordinadas por este movimiento internacional de ayuda y socorro en países sometidos a guerras o hambrunas, como Afganistán, Irak, Somalia, Sudán, Libia o Siria. La Cruz Roja (la Media Luna Roja en el mundo árabe, para evitar susceptibilidades de emblemas) también ha actuado últimamente frente a desastres naturales, como los terremotos de Haití, Indonesia o Japón.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se manifestó ayer «honrado» por la concesión de un premio que espera que sirva de acicate para seguir adelante con su misión. Alexis Heeb, portavoz del CICR, recordó que la Cruz Roja y la Media Luna Roja son un «movimiento global en el que participan miles de personas, asalariadas y voluntarias», y expresó el agradecimiento a la Fundación Príncipe de Asturias por reconocer su labor.

Heeb hizo una mención especial a quienes colaboran desinteresadamente con este movimiento: «Este premio va a motivar mucho a los voluntarios que trabajan cada día. Es importante recordar que gracias a los voluntarios llegamos a las zonas más remotas del mundo para ayudar a los más necesitados», subrayó el portavoz del CICR.

Por su parte, el presidente de la Federación Internacional de Asambleas Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, Tadateru Konoé, reiteró ayer el compromiso de la organización en «salvar vidas y cambiar mentes», y los trece millones de voluntarios de Cruz Roja que afrontan «los más grandes retos humanitarios y del desarrollo de esta década» por recibir este prestigioso galardón.

La historia de esta organización comenzó en junio de 1859, cuando un hombre de negocios suizo llamado Henry Dunant quedó horrorizado ante la visión de miles de soldados heridos que yacían en el campo de batalla de Solferino, en el norte de Italia.

En 1863 fundó el Comité Internacional para el Auxilio a los Heridos, que luego se convirtió en el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), y al año siguiente consiguió que 16 países firmaran la Primera Convención de Ginebra, un texto que establecía la obligatoriedad de los estados firmantes de permitir la evacuación de los militares heridos.

Tras la II Guerra Mundial, una conferencia diplomática aprobó los cuatro Convenios de Ginebra de 1949, en los que se incluyeron, por primera vez, disposiciones relativas a la protección de civiles en tiempo de guerra.

Inspirándose en la bandera suiza, la organización adoptó como emblema una cruz roja sobre fondo blanco, al que se sumó en 1876 la media luna roja.

En 2006 se sumó a ellos el cristal rojo -un cuadrado de color rojo apoyado en una de sus puntas-, con el fin de que fuera utilizado por aquellos países que no reconocen ni la cruz ni la media luna rojas por connotaciones religiosas, culturales o políticas.

Cuenta con más de 97 millones de personas, entre voluntarios, colaboradores y personal empleado, y está presente en 188 países (la última sociedad nacional en incorporarse ha sido Chipre, en febrero de 2012).