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Las audiencias

"Te veo con ese vestido tan \'baby\' y esa barriguita, ¿estás embarazada?"

Viernes 25 de Octubre de 2013
Oviedo, Miguel L. SERRANO

Laura García intentó ocultar su embarazo de cuatro meses bajo un holgado vestido negro. La ocasión, una audiencia con los Príncipes de Asturias, merecía la máxima discreción. Así que esta ovetense de 29 años, premio Fin de Carrera en Audición y Lenguaje, entró junto a sus compañeros galardonados en el pequeño Salón de Consejos del Hotel La Reconquista de Oviedo y se mantuvo en un segundo plano. No contaba con la perspicacia de la princesa. "Perdona que te pregunte", intervino doña Letizia, "te veo con ese vestido tan 'baby doll' y un poco marcada la barriguita, ¿estás embarazada". Resulta que Laura, que espera a su hija Valeria para abril, se convirtió ayer en la primera alumna premiada de Fin de Carrera embarazada que acude a una audiencia con los Príncipes, al menos hasta donde alcanza la memoria a Doña Letizia. Y eso le llamó la atención, le deseó suerte y le explicó que ella "lo había pasado muy mal con sus embarazos en los primeros meses".

La anécdota fue sólo una más de lo que dieron de sí las ocho audiencias entre los Príncipes y 240 personas de diversos colectivos representativos de la sociedad asturiana (de carácter social, benéfico, educativo y cultural), celebradas durante todo el día de ayer en el hotel. Fueron ocho charlas relajadas que mezclaron bromas y chascarrillos en un tono distendido. Todos coincidieron en destacar la "cercanía y normalidad" de los Príncipes.

Por ejemplo, cuando Doña Letizia saludó en lenguaje de signos a Marina Menéndez, una chica sorda que asistió como una representante más de la Fundación Vinjoy, premiada junto al resto de Medallas de Asturias, entre los que destacó el grupo de Bomberos, todos uniformados con el mono de trabajo. "Cuando la Princesa me saludó así me quedé anonadada. Estaba muy nerviosa y no sabía qué decirle. Le estoy muy agradecida", explicaba Marina. O ese niño del consejo local de los niños y niñas de Oviedo que se sintió indispuesto durante la reunión y se tuvo que ir. "Son muy majos, y Don Felipe, muy alto", apuntó una compañera suya, Ana Pérez, de once años.

Don Felipe y doña Letizia mostraron un gran conocimiento por las causas que representaban sus interlocutores. Con los representantes del I.E.S Jerónimo González de Sama de Langreo habló de la "importancia" de la educación pública después de ver insignias reivindicativas que portaban algunas de sus profesoras. También con los premiados de Fin de Carrera, entre los que se encontraba Álvaro Fernández, el joven ingeniero informático que consiguió el galardón en los tribunales y al que la Universidad aún le adeuda la cantidad económica del mismo. Fernández no cruzó palabra con el rector, Vicente Gotor.

El pequeño Rodrigo Robles, de cuatro años, uno de los representante de la Asociación contra la Fibrosis Quística, arrancó un beso a los Príncipes, pero había truco: ya les conocía de un viaje el pasado enero a Madrid. Sus compañeros le regalaron unos pendientes con azabache asturiano para las infantas. En una de estas, a un fotógrafo le sonó el teléfono móvil con la melodía "Help" de Los Beatles. "Se está animando la cosa", comentó, divertido, don Felipe.

El Príncipe tiró de memoria para recordar, ante los miembros del Patronato del Parque Natural de Somiedo, su visita a esa zona en los años 90 y también para rememorar el día en que inauguró la piscina del grupo Covadonga, también galardonado. "Nos dijo que nos siguiéramos presentando al Príncipe de los Deportes, y le haremos caso", explicó Enrique Tamargo, su presidente. Con los componentes de la Cocina Económica hablaron, sobre todo de generosidad. "La Princesa nos conoce y sabe del esfuerzo de todos", aseguró su responsable, Sor Esperanza.