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«Vista desde el helicóptero, la situación de la planta de Fukushima era desastrosa»
Kenji Kato, a la izquierda, y Toyohiko Tomioka, ayer, en el hotel de la Reconquista / Nacho Orejas
Kenji Kato, Teniente coronal y jefe de helicópteros en Fukushima

«Vista desde el helicóptero, la situación de la planta de Fukushima era desastrosa»

«Agradezco el premio "Príncipe", pero no puedo estar alegre al pensar en los miles de afectados»

Jueves 20 de Octubre de 2011
Oviedo, J. MORÁN

Kenji Kato, de 39 años, es teniente coronel de las Fuerzas de Autodefensa de Japón y jefe del grupo de helicópteros encargado de verter agua sobre la central nuclear de Fukushima, gravemente afectada tras el terremoto y posterior maremoto del 11 de marzo de 2011.

-¿Es usted un héroe?

-No en especial. Lo que hemos hecho es simplemente lo que nos ordenaron. No era lo que yo personalmente pudiera hacer, sino lo que podía hacer cualquier otro miembro de mi grupo.

-¿En qué consistió su misión?

-En el lanzamiento de agua desde el aire, concretamente desde un helicóptero. La operación duraba 40 minutos de vuelo, más o menos.

-Los helicópteros sólo actuaron al comienzo.

-Sí, terminaron cuando tuvo éxito la proyección de agua desde la tierra.

-¿Sintió miedo en algún momento?

-No en especial. Tal vez la inquietud sí, porque la radiación no se ve, es invisible.

-¿Alguna situación dramática?

-No personal, pero sí sentía inquietud por el estado de la planta. Vista desde el helicóptero, la situación era desastrosa.

-¿Hubo bajas en su equipo?

-Ninguna.

-¿Y personas afectadas por la radiación?

-Todos hemos permanecido bajo el límite permitido.

-¿Qué ha reflexionado al saber que iba a recibir el premio «Príncipe» de la Concordia?

-Es un poco difícil decirlo, pero, en pocas palabras, estoy profundamente agradecido. Pero no es que este premio sea para mi persona, sino que siento que es para todo el equipo. También pienso que no puedo estar tan contento porque la afección prosigue y hay miles y miles de personas afectadas, y que siguen en refugios. Entonces, pensando en ellos, no puedo estar tan alegre, pero sí profundamente agradecido con este reconocimiento por parte de esta Fundación Príncipe de Asturias, así como por los grandes apoyos y mensajes de solidaridad de parte de España y del Principado de Asturias.