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Conflictos sin salvoconducto
Por la izquierda, Adela Mac Swiney, Carlos Franganillo, Ángeles Espinosa, Rosa María Calaf, Olivier Vodoz y Jaslin Salmon, ayer, en el coloquio que acogió el Niemeyer / Mara Villamuza
Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional

Conflictos sin salvoconducto

Cruz Roja y la Media Luna Roja alertan de que portar su emblema ha dejado de ser sinónimo de inviolabilidad y piden a los periodistas que se hagan eco de las crisis humanitarias

Viernes 26 de Octubre de 2012
Avilés, Amaya P. GIÓN

Portar el símbolo de la Cruz Roja o su equivalente en los países musulmanes, la Media Luna Roja, ha dejado de ser un salvoconducto en los conflictos armados. Así lo aseguraron ayer el vicepresidente del Comité Internacional de Cruz Roja, Olivier Vodoz, y su homólogo en la Federación Internacional de Sociedades de la organización, Jaslin Salmon, protagonistas de un encuentro que tuvo lugar en la cúpula del Centro Niemeyer de Avilés. «No hay semana que no se hable de ataques a colaboradores de Cruz Roja, cuando antes éramos totalmente respetados. Nuestro emblema ya no nos protege como antes y esta es una gran preocupación para la organización», subrayó Vodoz.

Los representantes del premio «Príncipe de Asturias» 2012 de Cooperación Internacional respondieron a las cuestiones que les plantearon Ángeles Espinosa, corresponsal del diario «El País» para Oriente Medio; el asturiano Carlos Franganillo, corresponsal de Televisión Española en Moscú, y la mexicana Adela Mac Swiney, corresponsal jefe para Europa de la agencia de noticias latinoamericana Notimex, en un coloquio que moderó la veterana periodista Rosa María Calaf.

Vodoz reconoció que en la guerra de Irak, «por el aumento del integrismo», Cruz Roja tuvo que «retirar algunos de los símbolos de los coches para no ser objetivo terrorista», y recordó la historia del emblema. «La Cruz Roja sobre fondo blanco es la inversión de la bandera suiza, ese es su origen. Más adelante, los países que surgieron del imperio otomano dijeron que si había una cruz roja también era necesaria una media luna. Se dio una connotación religiosa que antes no existía. Israel hizo lo mismo con su estrella de David y ese símbolo se respetó en las dos primeras guerras de Irán. Durante la última guerra de Irak, con el incremento del integrismo, ya no quisieron respetar ni la cruz ni la media luna. Queríamos proteger a nuestros colaboradores y quitamos los emblemas. Queremos que nuestro símbolo recupere su significado y el respeto. La politización que se hace de la cruz en algunos países no responde a su origen, sino que añade problemas», explicó Vodoz.

También hubo alusiones en el debate al conflicto sirio actual, al que los periodistas no tienen acceso. Los premiados apuntaron que la organización tampoco puede acceder a determinados lugares, «algo trágico para la población». «Existen más de 13 millones de voluntarios repartidos por el mundo y Siria es uno de los países en los que más dificultades nos estamos encontrando. Hemos perdido a seis personas de la Media Luna Roja. Ayer (por el miércoles) tuvimos la última víctima. Todos los voluntarios se enfrentan a diario a peligros», advirtió Jaslin Salmon. Buena parte del coloquio giró en torno al papel que desempeñan los medios de comunicación en los conflictos bélicos, catástrofes naturales y crisis humanitarias. «Cuando el mundo deja de conocer nuestro trabajo, se olvida del problema. Dependemos de vosotros y nos duele cuando nos abandonáis», se dirigió Salmon a los periodistas que le interrogaban. Entre otros ejemplos, se refirió al terremoto de Haití de 2010. «Haití ha dejado de existir. Unas 400.000 personas siguen viviendo en tiendas de campaña. Cada vez se destinan menos fondos allí porque no se habla de este problema. Existen cientos de catástrofes silenciosas a las que los medios de comunicación no hacen caso», opinó Salmon, que puso la migración como «uno de los principales problemas actuales por resolver». «Cuando las personas cruzan las fronteras, por las razones que sean, quedan a merced de las autoridades, que no siempre respetan la legalidad y sus derechos», concluyó Jaslin Salmon.