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Mafalda ya vigila el estanque del Campo
Mafalda ya vigila el estanque del Campo / Luisma Murias

Mafalda ya vigila el estanque del Campo

Quino presentó en el parque de San Francisco de Oviedo a su personaje, ante numeroso público que se sentó en su banco para posar a su lado

Viernes 24 de Octubre de 2014
Javier BLANCO

El estanque del Campo San Francisco de Oviedo tuvo ayer su momento de gloria al recibir a Quino, a quien esperaba Mafalda. Joaquín Salvador Lavado, Quino, se irá después de haber cumplido con numerosos actos y tras la ceremonia de los premio "Príncipe de Asturias", pero Mafalda se queda para siempre, mirando fijamente el diminuto lago del Campo. Lo hará sentada desde su banco y reflexionando sobre sus cosas con mayor tranquilidad que ayer, jornada en la que estaba rodeada por los numerosos seguidores que se concentraron en sus dominios. Así que allí esperó la gente con cierto nerviosismo (más que nada para tomar posiciones) a que llegara Quino, premio "Príncipe de Asturias" de Comunicación y Humanidades, para lograr el gran objetivo común de hacerse una foto con la niña y su "padre".

Hasta que llegó Quino, Mafalda esperó tapada de la cabeza a los pies, para que la solemnidad presidiera el sitio de Mafalda en Oviedo, segunda ciudad, con Buenos Aires, donde la niña tiene su réplica, aquí en color rojo y con ciertos elementos materiales distintos para protegerla del invierno carbayón. Dijo su escultor, Pablo Irrgang, que en la original tardó unos cuatro meses y en esta réplica algo más de un mes, y que le había cambiado la forma de sentarse. Por lo demás, es la Mafalda que todo el mundo conoce y que tiene toda la pinta de desbancar a Woody Allen en número de instantáneas de los futuros visitantes de la ciudad.

Quino llegó a la escena entre aplausos, acompañado de su esposa, Alicia Colombo, y de sus sobrinos. Le esperaba el alcalde, Agustín Iglesias Caunedo, para presentar a la niña "antisopa" por excelencia a la sociedad ovetense. Finalmente liberaron del paño al personaje a tres manos: Quino, Alcalde y escultor. Aunque, claro, Quino se quedó un momento a solas para posar ellos dos únicamente. El viñetista le acarició la cabeza y la cara a su criatura para culminar la presentación de su Mafalda en el emblemático Campo ovetense.

Ahí se queda Mafalda, recubierta de resina y fibra, matizó Irrgang, para que la humedad no le propicie gripes.

Caunedo, por su parte, insistió en la identificación de la ciudad con los premios y con este tipo de figuras. "Hace unos años que Woody Allen se ha convertido en uno de los iconos" de Oviedo. "Quino y Mafalda", añadió, "ya forman parte de la ciudad, como se ve con esta adhesión de los niños y las familias al personaje".

Caunedo dio las gracias al dibujante por el gesto: "Estamos orgullosos y agradecidos de que Quino nos haya permitido reproducir la escultura, de la que sólo existe la de Buenos Aires. Allen ha sido un reclamo para fotografiarse, a partir de hoy Mafalda va a tomar el relevo". Desde ayer, puntualizó el alcalde ovetense, asturianos y visitantes están haciéndose fotos. Respecto a la elección del Campo, dijo que Mafalda estaba ligada a los niños y hablar de niños significa hablar del Campo, con Mafalda y con "esta vista que tiene con los cisnes y los patos en el estanque". Y, efectivamente, en el momento que desapareció la oficialidad del acto comenzaron a sonar clics de cámaras y a formarse grupos para posar con Mafalda y, claro, decenas de "selfies".