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Xu Weihong: «En China la noticia del premio no ha sido publicada de forma oficial»

En China la concesión del premio «Príncipe de Asturias» a los arqueólogos de los guerreros de Xi'an pasó hasta ahora bastante inadvertida, o al menos eso se deduce de las explicaciones que dieron ayer los representantes del equipo arqueológico en Oviedo. «La noticia no ha sido publicada de forma oficial pero causará impacto en el ámbito arqueológico». Con estas palabras de Xu Weihong, directora del equipo, se disparó la curiosidad. Sonó extraño que aún no se haya difundido la noticia en China y hubo quien estableció un paralelismo con lo sucedido recientemente con el premio Nobel.

A la pregunta de cómo podía suceder algo así en la era de la comunicación y las nuevas tecnologías, Xu Weihong respondió que «la noticia llegó en mayo a China, pero sólo salió en la web de algunos organismos. Hemos sido felicitados por muchos colegas, lo que significa que tiene influencia en mi país». En lo referente al Nobel, no hubo respuesta.

Junto a Xu Weihong se encuentran en Oviedo Cao Wei, subdirector del Museo de los Guerreros de Xian, y Zhang Weixing, miembro del equipo arqueológico. Los tres recogerán el viernes de manos del Príncipe Felipe el premio a un trabajo de dimensiones colosales que ha traspasado fronteras. La importancia del hallazgo de los guerreros de Xian y de la figura del emperador Qin, así como de la singularidad de un patrimonio que es visitado anualmente por más de dos millones de personas, fue subrayada por los tres durante su encuentro con los medios de comunicación. Entre los visitantes ilustres al museo de los guerreros señalaron a Felipe González, que lo conoció en 1985 durante su etapa como presidente del Gobierno, y a los Reyes de España, que lo visitaron en 1995.

Los arqueólogos chinos destinarán el dinero del premio (50.000 euros) a la creación de una fundación del estudio de la dinastía Qin. Será un organismo orientado a apoyar y premiar el trabajo de los arqueólogos que trabajan desde hace años para sacar a la luz el ejército de terracota que custodia el mausoleo del emperador que unificó el país.

Para la delegación china, lo más singular del yacimiento, en el que esperan encontrar alrededor de 8.000 figuras de guerreros y otros personajes, «va desde el proceso de fabricación, con figuras de distintos rostros y uniformes diferenciados, a la presencia de armas que permitirán conocer el desarrollo de la industria de fundición en la China de hace 2.200 años».

Si con los guerreros de Xi'an estamos ante un yacimiento de dimensiones colosales, lo que está a la vista es sólo una pequeña parte de lo que según la leyenda se oculta bajo la colina donde reposan los restos del emperador Quin. Los arqueólogos aseguran que «los estudios realizados certifican la fiabilidad de los relatos que hablan de las riquezas, las piedras preciosas, jardines y ríos de mercurio con los que el emperador quiso levantar un universo que reprodujera las maravillas del mundo». Xu Weihong señala que para construir todo el complejo trabajaron durante 37 años un número de obreros cercano a los 700.000.

«El emperador Quin dedicó durante su mandato todos los recursos a la construcción de la muralla china y después al mausoleo», afirma la directora del equipo de excavaciones. La grandeza de lo que se esperan encontrar bajo esa colina artificial mantiene de momento parados a los arqueólogos por temor a no reunir las tecnologías necesarias para hacerle frente. «Estamos en proceso de investigación y cuando estemos preparados tecnológicamente podremos iniciar esas labores. Sabemos que nos vamos a encontrar con algo sorprendente y queremos estar bien preparados», señalaron los expertos.

Para subrayar la importancia de la figura del emperador Qin, Cao Wei lo puso en relación con el Imperio romano. Ambos gobiernos sucedieron en el mismo período de tiempo. «En ese momento, cuando el Imperio romano, que influyó mucho en la cultura europea, luchaba por unificar Europa, China ya era un país unificado», señaló, y eso se debió al emperador Qin, una figura de dimensiones extraordinarias si se le analiza desde sus obras.

Pero este mandatario no fue el único que dejó una estela patrimonial digna de estudio. En China hay «muchos yacimientos de similar importancia, aunque el de Xi'an es único con guerreros de terracota a tamaño natural». «Esta tradición de enterrar a los guerreros junto al mausoleo fue seguida después por otras dinastías con diferente estilo a la hora de realizar las figuras y también distintos tamaños», dijo Xu.

El trabajo arqueológico que queda por realizar en Xi'an es todavía de proporciones imponentes, un volumen de trabajo al que quedan muchos años por delante, según parece deducirse de lo ajustado del equipo destinado a estudiar el lugar.

Del trabajo desarrollado durante todo el año en el yacimiento se encarga un equipo formado por 15 arqueólogos, en su mayoría mujeres, a las que se unen otros especialistas contratados para excavar, investigar y conservar. «Después de varias décadas de dedicación estamos en la tercera fase y trabajamos sobre el hallazgo de algo más de cien estatuas. «No hemos encontrado figuras de mujeres o niños, pero hemos podido comprobar que entre los restos del ejército había mujeres».

Hasta ahora las representaciones humanas que se han desenterrado y que se pueden visitar en el Museo de Xi'an alcanzan las 2.000 figuras. Es sólo una parte de las 8.000 que calculan que se podrán reunir una vez terminadas las excavaciones. Se trata de un volumen de materiales de una riqueza sin parangón «para conocer aquella sociedad y muchos aspectos sociales de la época de la dinastía, además de las ropas, los uniformes... Los restos de fibra textil son fundamentales para profundizar en el desarrollo y la vida de esos pueblos durante la dinastía», manifestó Cao Wei.

El premio «Príncipe de Asturias» de Ciencias Sociales es el primer reconocimiento internacional que recibe el equipo de Xian. Aunque en China el galardón no es por el momento oficial, ya ha servido para establecer una serie de colaboraciones con expertos de otros país. «Colaboramos con especialistas alemanes y tenemos también ayuda de Bélgica. Hemos firmado un acuerdo con la Universidad de Oxford para intercambio de personal y equipos».