Premios Príncipe de Asturias 2010 » Noticias » Menos comida oficial y más tapeo informal

Menos comida oficial y más tapeo informal

Jueves, 21 de octubre

«Libertad española frente a las rigideces francesas». No es una frase política, aunque casi, porque el protocolo tiene mucho de política. Se trata de comida y bebida, y en el marco de los premios «Príncipe de Asturias». La dijo Rafael Ansón, presidente de la Academia Española de Gastronomía, para explicar la pequeña revolución que se va a operar en los eventos gastronómicos de esta edición.

Los mayores cambios, en el cóctel de la tarde-noche del viernes, tras el acto de entrega de galardones en el teatro Campoamor. La cita, multitudinaria hasta el extremo de que en el hotel de la Reconquista se juntaban 3.000 personas, va a sufrir drásticos recortes: en el número de invitados –que se quedará justamente en la mitad– y en el servicio gastronómico. Rafael Ansón, asesor gastronómico de la Fundación, apunta que «este cóctel, tal como estaba planteado, tenía muy poco sentido. Y era muy caro».

Ahí parece estar la clave de las modificaciones. La política de austeridad que este año impera en los premios «Príncipe de Asturias» afectará a las tres grandes citas gastronómicas. Además de ese cóctel posceremonia, es tradicional la cena de los patronos, que tendrá lugar hoy, y en el almuerzo de mañana presidido por los príncipes don Felipe y doña Letizia.

Hacer amigos

Cambios de calado para la cena de hoy, que pasa de ser la cita tradicional (todos sentados, tres platos, postre, bebidas y café) a una cena-cóctel «donde los invitados de mayor edad podrán sentarse, y todos los demás tapearán de pie, se moverán por la sala, conversarán y harán amigos», explica Ansón, quien señala al presidente de la Fundación, Matías Rodríguez Inciarte, como el ideólogo de un cambio que afecta, para bien, al presupuesto económico, «porque todo saldrá mucho más barato», y modifica las formas en un año precisamente de cambios internos y externos en la estructura de la Fundación.

Esta «comida en miniatura», como define Ansón a la cena-cóctel que se celebrará hoy en Trascorrales, servida por el restaurante Casa Fermín, «permitirá que cada comensal pueda comer como quiera y no acabe desesperado, porque los que comparten mesa con el Príncipe están muy contentos, pero los demás no tienen con quien hablar».

Las formas cuentan, y más en todo lo relacionado con la cita anual de los premios «Príncipe». «Esto es un escaparate para España», dice el presidente de la Academia Española de Gastronomía, quien incide en que «hay determinados eventos donde las relaciones personales son tan importantes como la comida en sí misma». En este tipo de cenas las casas comerciales surten la materia prima a precios razonables, pero nunca en forma de regalo porque es algo que desaconseja vivamente el protocolo.

Más informal

Por la misma línea caminan los planes de organización del almuerzo-bufé de mañana, antes de la ceremonia. Se celebra por tradición en el Reconquista y este año todo va a ser mucho más informal y mucho menos oficial. Se cambia la estructura de las mesas, con alimentos y bebidas, que pasarán a estar colocadas adosadas a la pared, para dejar espacio libre en el centro del comedor. La austeridad también se va a notar muy claramente.

Se ha pasado de cuarenta y ocho o cincuenta productos a cinco o seis. El jamón que se servirá estará suministrado por la Fundación Príncipe, y el hotel de la Reconquista cobrará el corte. También en algunos de los vinos que se servirán el hotel cobrará solamente el descorche. «Queremos adaptarnos a los difíciles tiempos que vivimos, conectando con la sensibilidad de las personas, las empresas y las instituciones públicas», decía Matías Rodríguez Inciarte en la circular que envió el pasado mes a los patronos de la institución. Medidas, añadía el presidente, que irán acompañadas de otras «menos visibles» que no afectarán a «la calidad y dignidad institucional de nuestros actos».

Rafael Ansón anticipa «materia prima más barata» y menos colas para hacerse con algo que llevarse a la boca, y supone que no faltarán dos clásicos, la cazuelina de fabada y las tarrinas de arroz con leche, que aunque con menos dinero seguimos en Asturias, «la comunidad con la mayor oferta gastronómica de España. No hay sitio de Europa donde se coma mejor, y no sólo a la manera tradicional», dice Ansón.

En los profundos cambios que se van a operar en el cóctel tras la ceremonia de mañana el experto en protocolo gastronómico ve la mano de don Felipe. «Yo creo que es idea del Príncipe dar sensación de austeridad sin que se resienta la buena imagen de nuestra gastronomía».