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La alfombra es el mensaje

La jornada arrancó a las ocho cuando algunas personas ya tomaban posiciones delante del teatro Campoamor aunque sin poder acotar espacios porque ni siquiera habían puesto las vallas. La mañana se cerró con la llegada de los últimos rezagados a la ciudad y la tarde se inauguró cuando a las cinco y veinte abrieron las puertas del teatro Campoamor. Dos filas, una con la quebrada alfombra azul –quebrada porque tenía que hacer un escorzo para evitar la farola y una estatua– y la otra sin más protocolo.

Luis Aragonés despuntó el desfile. Le gritaba la afición desde más allá del perímetro cerrado. Ciertamente un gentío se agolpó en las aceras de la calle Toreno y Uría y no digamos delante del teatro, donde entre los fotógrafos por un lado y los gaiteros por el otro desde los flancos apenas veían nada, pero era igual, allí estuvieron horas y horas. En los balcones, banderas de España y de Asturias.

Entre los primeros, un grupo socialista encabezado por Javier Fernández, el candidato, Clara Costales y Pilar Alonso, en total armonía. Los populares, después, se mostraron divididos en grupos, según lo ya bien sabido.

El periodista Luis María Anson sale de la alfombra y se acerca a la valla para saludar a unos colegas. Lo mismo haría después la editora Catalina Luca de Tena.

Casi desapercibida entra en el teatro Paloma Rocasolano. Los gráficos la ven y muy educadamente –y a gritos: lo cortés no quita lo valiente– le piden que pose. Todos contentos. La ex ministra Ana Pastor, también. Llega el primer grupo casquista formado por los diputados Reinerio Álvarez Saavedra, Cristina Coto y Luis Peláez.

Paloma Sainz, líder del PSOE ovetense, guapísima, seguida de Isidoro Álvarez con la tradicional corbata negra, presidente de El Corte Inglés.

El arzobispo Jesús Sanz acude acompañado por el obispo Martínez Camino y detrás, anticasquistas o mejor espinosistas: los tenientes de alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, e Isabel Pérez-Espinosa. Casi sin solución de continuidad, más casquistas, el diputado Pelayo Roces, la concejala Carmen Manjón y la ex diputada Alicia Castro, que llegan juntos. Ay, al poco Pilar Fernández Pardo, líder popular en Gijón y anticasquista de pro.

Aplausos para Valdano y Butragueño, y empieza el show de Revilla. Por la mañana, declaraciones interminables; por la tarde, apretones de manos multitudinarios. Recorrió toda la plaza saludando entre ovaciones y ovaciones.

El alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo –anticasquista y espinosista–, llega al teatro con su esposa, Rita Mari Álvarez._Revilla sigue. Florentino_Pérez, presidente del Real Madrid, va con el delegado del Gobierno, Antonio Trevín. Después Fraga, ayudado por dos colaboradores. Y Areces, pitos y palmas.

Pasadas las seis de la tarde bajan del coche las tres ministras. Leire Pajín sale a toda velocidad y bate el récord de la alfombra azul. Cristina Garmendia y Ángeles González Sinde posan con tranquilidad. Lo mismo María Emilia Casas, presidenta del Tribunal Constitucional.

El paseíllo lleva camino de convertirse en el acto central de la entrega de los premios, dada la expectación que despierta. Rodrigo Rato y Luis del Rivero –Caja Madrid y Sacyr, respectivamente– pasan casi corriendo. Es la hora de los galardonados.

Los chinos saludan incluso a los gaiteros, Serra gesticula como un futbolista tras marcar un gol y a las 6 y 23 minutos, atención, Del Bosque,_Casillas y compañía. Un delirio. Fueron los reyes y los príncipes de la velada entre mil aplausos y gritos de la afición.

Con doña Sofía, don Felipe y doña Letizia en el teatro sólo quedaba entregar los galardones.