La Nueva España » Premios Príncipe de Asturias » Noticias » Llega Quino, el "enviado" de Mafalda
Llega Quino, el "enviado" de Mafalda
Quino, con la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo, y un acompañante, a su llegada ayer a Oviedo. / LUISMA MURIAS

Llega Quino, el "enviado" de Mafalda

El dibujante viajó desde Madrid junto a su esposa y fue recibido por varios seguidores de sus historietas La lección de Historia "en dos minutos" de Joseph Pérez

Martes 21 de Octubre de 2014
E. G. / J. B.

"¡Viva Mendoza!", dijo una voz entre el público que esperaba a Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino. O sea, el creador de Mafalda, uno de los primeros en llegar a Oviedo para asistir a los actos y ceremonial de los Premios Príncipe de Asturias. Quino ha sido distinguido con el premio de Comunicación y Humanidades. Y, desde luego, ha sido y es un gran comunicador por boca de esa niña preguntona que siempre analizó la vida y pensamientos de los adultos.

Quino llegó al hotel de la Reconquista de Oviedo acompañado de su señora, Alicia Colombo, y dos sobrinas. El coche aparcó a lado de la escalera central y los murmullos de admiración se oían entre la gente, no mucha porque poco o nada se sabía de su hora de llegada (lo hizo en coche desde Madrid). Pero los que allí estaban tiraban de cámara y comentaban cosas de Mafalda. Hasta que una voz muy potente dijo aquello de "¡viva Mendoza!", que, según contó un periodista argentino poco después, era como si aquí se dijera viva la Rioja o algo similar. También andaban buscando una forma original de retratar al maestro los fotógrafos de casa, con una idea vistosa: Quino dibujando a Mafalda en el bombo de la banda de gaitas el "Gumial", presente en el saluda musical al historietista argentino, nacido en Mendoza en 1932. Treinta y dos años después empezaría a hacerse famosa su hija de papel, Mafalda, que asomó con su preguntas, reflexiones y respuestas en septiembre de 1964, aunque Mafalda ya había nacido un año antes para hacer una campaña publicitaria sin resultados.

Quino se apeó del coche, con dificultades por su estado físico, para sentarse en una silla de ruedas con la que hizo un pequeño viaje por la rampa hasta acercarlo al mural oficial de la Fundación para posar ante las cámaras. En su silla, con rostro afable, jersey granate y bufanda se dejó ver hasta que lo llevaron puertas adentro del hotel.

Pero al rato volvió a aparecer acompañado de su familia para echar un primer vistazo a la ciudad. El tiempo acompañaba más que nunca. Así pues Quino y sus acompañantes fueron tranquilos por Gil de Jaz, no sin antes parar para firmar un autógrafo a un seguidor que le esperaba. Bajaron hacia Marqués de Pidal. La ruta indica que podrían dirigirse a un restaurante de la zona donde suelen acudir los premiados.

Minutos antes llegaba a Oviedo el hispanista francés Joseph Pérez, premio "Príncipe" de Ciencias Sociales. Antes de saludar a la directora de la Fundación, Teresa Sanjurjo y de posar para los fotógrafos, Pérez se puso su chaqueta. Su esposa Germana al lado. Germana, lo que son las casualidades era el nombre de la segunda mujer de Fernando el Católico, con la que se casó un año después de la muerte de la reina Isabel. La Germana del siglo XVI ejerció de abuela política del emperador Carlos I. Una abuela tan especial que acabó en la cama del rey.

Tras un par de preguntas de las que se hacen en el ascensor (qué opina sobre el premio, qué conoce de Asturias...), Joseph Pérez dio a los periodistas ("si me lo permiten, en dos minutos") una pequeña lección de Historia. Habló de Carlos I de España y V de Alemania, del cardenal Cisneros, de la rebelión de los comuneros y del movimiento religioso de Los Alumbrados. Más tarde, una larga entrevista con este periódico. Mucha más Historia, regada con zumo de naranja. "Natural, por favor".