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El trampolín de sus vidas
Por la izquierda, Russel Quiñones, Félix González, Sidrotun Naim y Shehzad Hameed, ayer, en Oviedo. / Miki López

El trampolín de sus vidas

Cuatro becados Fulbright destacan que el programa "te abre a otras culturas" y "te quita el miedo a emprender"

Jueves 23 de Octubre de 2014
M. L. Serrano

Un español, un americano, un pakistaní y una indonesia que pasan por Estados Unidos y les cambia la vida. Uno podría pensar que la frase es poco menos que el inicio de un chiste cuando, en realidad, es la historia de Félix, Russel, Shehzad y Sidrotun, cuatro personas unidas por el programa de becas Fulbright, premiado este año con el premio "Príncipe" de Cooperación Internacional. Las historias de los cuatro empiezan muy lejos unas de otras y convergen en Estados Unidos en torno a una conclusión común: esta experiencia aceleró sus sueños, fue el trampolín de sus vidas.

Félix González es un ingeniero de 30 años que pasó por EE UU entre 2010 y 2012. Es líder del Programa de Banda Ancha para Iberoamérica y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo. "Una Fulbright te quita el miedo a emprender porque te metes en un entorno donde todo el mundo emprende, hasta el chico de las limonadas. Aquí pensamos que para emprender tenemos que ser Zuckerberg (creador de Facebook)", dice. "Accedí a una educación con la que ni soñaba", tercia Shehzad Hameed (29 años), director del documental "The Pakistán Four".

Hablan sentados en un sofá del hotel Reconquista de Oviedo, enfocados por una cámara que reúne material para un documental corporativo. La conversación se interrumpe un minuto porque por el hall acaba de aparecer Tom Healy, responsable del programa a nivel mundial. "La clave del éxito de Fulbright es que se pone la cara a otra cultura y eso crea paz para progresar", dice Russel Quiñones (23 años), americano y profesor de instituto en Madrid. "El intercambio es diversidad pero también similitud. Y todo eso une", interviene Sidrotun Naim (35 años), becaria entre 2009 y 2012 y doctora en una Universidad indonesia.

"Estas becas te rompen muchos estereotipos sobre Estados Unidos. Te abre a otras culturas, a otras maneras de trabajar", afirma González, que destaca de la sociedad americana el valor que le da a la meritocracia. Hameed cuenta que él, gracias a este programa, supo que "todos querían la paz en el mundo" y que sus "malas percepciones" sobre el país cambiaron. "Vi que compartíamos con los americanos muchos problemas", asiente Naim. Los cuatro creen que las americanas son las "mejores universidades del mundo" y destacan de ellas el "vínculo tan cercano" que existe entre empresas y alumnos.