Ismaíl Kadaré - Premio Príncipe de Asturias

Creatividad literaria y compromiso político

«Estoy muy honrado y agradecido por haber recibido este premio, uno de los más prestigiosos del mundo, así como de estar en una lista de insignes escritores a los que tanto admiro.»

Ismaíl Kadaré

Tirana (Albania), 24 de junio de 2009

Avión

El miércoles 21 de octubre en torno a las 15,15 horas llegará a Oviedo Ismaíl Kadaré, Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

Narrador, ensayista y poeta, Ismaíl Kadaré, representa la cima de la literatura albanesa que, sin olvidar sus raíces, ha traspasado fronteras para alzarse como una voz universal contra el totalitarismo. Considerado uno de los grandes escritores e intelectuales europeos del siglo XX, sus obras han sido traducidas a más de cuarenta idiomas.

El escritor albanés Ismaíl Kadaré ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Las Letras. El jurado ha decidido conceder el premio a este gran estudioso de la tradición albanesa y de la idiosincrasia del pueblo balcánico por la "belleza y el hondo compromiso de su creación literaria". Aunque esta elección ha sido alabada por personalidades de la cultura, como el director de la Real Academia Española, quien señaló que "no es un escritor de minorías" y su reflexión es "universal", el escritor y miembro del jurado Fernando Sánchez Dragó criticó que se ha cometido "una extravagancia" porque Kadaré es desconocido para los lectores.

"Dando vida a los viejos mitos con palabras nuevas, expresa toda la pesadumbre y la carga dramática de la conciencia. Su compromiso hunde las raíces en la gran tradición literaria del mundo helénico, que proyecta en el escenario contemporáneo como denuncia de cualquier forma de totalitarismo y en defensa de la razón", recoge el acta.

Pero lo que más ha destacado el jurado de este narrador, ensayista y poeta es su compromiso con la tragedia de su tierra, "campo de continuas batallas". Y es que según el jurado, Kadaré es capaz de narrar esta parte de la historia con "lenguaje cotidiano pero lleno de lirismo".

Al premio Príncipe de Asturias de Las Letras optaban 31 candidaturas de 25 nacionalidades diferentes. Pero una vez en la final, Kadaré tuvo que competir con otros grandes como Cees Nooteboom, Antonio Tabucchi, Milán Kundera e Ian McEwan. Finalmente, el jurado que decidió premiar la obra de este escrito albanés estuvo integrado por Andrés Amorós, Luis María Ansón, J. J. Armas Marcelo, Blanca Berasátegui, Pedro Casals y Juan Luis Cebrián entre otros.

Este premio Príncipe de Asturias de las Letras, cuyo fallo se dio a conocer hoy en Oviedo, hizo sentir a Kadaré "muy honrado y agradecido", ya que lo considera "uno de los más prestigiosos del mundo". Por ello, se mostró muy agradecido por "estar en una lista de insignes escritores que tanto admiro".

"MUY COMPROMETIDO CON SU PAÍS"

Tras conocer el destinatario de este galardón, grandes personalidades del arte y la cultura quisieron destacar las grandes bondades de Ismaíl Kadaré. Así, el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha aseguró que "no es un escritor de minorías", ya que "aunque puede parecer localista", su reflexión es "universal".

García de la Concha incidió además en que se trata de un escritor muy leído y traducido a muchos idiomas, y que desde que vive en Francia está "muy proyectado". Asimismo, resaltó que la obra del albanés explica como "el totalitarismo no tiene límites, es voraz e intenta controlarlo todo". Mientras, la periodista Blanca Berasátegui reseñó que se trata de "un escritor poco conocido" y espera que el premio "le haga más popular entre los lectores españoles" porque es un escritor "de culto" y autor "muy comprometido con su país".

Por su parte, la presidenta de la comisión de Humanidades del PEPE de la Aneca y catedrática de Literatura Española, Rosa Navarro, apuntó que la historia que plasma Kadaré es personal pero "se puede asumir como propia" porque "el campo de batalla es la vieja Europa con mil heridas hechas de una manera absurda". En este sentido, remarcó que ha puesto su escritura "en defensa de la libertad de todos, e intentando que no se repitan esas tragedias que consisten en matarse unos a otros".

Sin embargo no todos parecen conforme con esta elección. Fernando Sánchez Dragó, escritor y miembro del jurado, quiso mostrar su disconformidad con el galardonado al señalar que la mayor parte de los lectores se preguntarán quien es Ismaíl Kadaré. "A mi me gustaría aclararles esta duda y decirles que los miembros del jurado han premiado al señor más importante de Albania, lo que no sabemos es si es el único", apuntó Dragó y recalcó que cuatro de los votos fueron en blanco, incluido el suyo propio. Este polifacético escritor descartó que pudiese haber sido elegido por haber estado nominado en más de una ocasión pero sí reconoció que quizá haya podido pesar el ser un "eterno candidato" al Nobel.

El miembro del jurado del Premio Príncipe de las Letras 2009, indicó que seguirá apostando por Juan Goytisolo y concluyó manifestando que conoce muy mal la obra de Kadaré. "Me temo que me pase como a la mayoría de la gente y he preferido votar en blanco porque no me consideraba capacitado para tener una opinión fundamentada sobre este escritor que quizás sea magnífico", expuso Sánchez Dragó.

OBRAS SOBRE EL TOTALITARISMO

Ismaíl Kadaré está considerado como uno de los grandes escritores e intelectuales europeos del siglo XX y sus obras han sido traducidas a más de cuarenta idiomas. Nació en Gjirokastra (Albania) en 1936 y siendo un niño, vivió la Segunda Guerra Mundial, la ocupación de su país por la Italia fascista, la Alemania nazi y la Unión Soviética, hasta la instauración de la dictadura comunista de Enver Hoxha en Albania en 1944. Su pasión por las letras se pudo percibir desde que era jove: con diecisiete años ya ganó un premio de poesía en Tirana que le valió la autorización para viajar a Moscú a estudiar en el Instituto Gorki.

En este instituto moscovita, del que fue expulsado tras la ruptura de relaciones entre el país balcánico y la URSS, escribió 'El general del ejército muerto', que alcanzó un enorme éxito en Francia. De hecho, gracias a esta novela, obtuvo una especie de inmunidad en su país a pesar de no plegarse a los dogmas comunistas. Entre 1970 y 1982 se incorporó, forzado por el régimen, al Parlamento albanés. Finalmente, en 1990, meses antes de la caída de la dictadura se exilió en París, ciudad en la que reside desde entonces.

Los títulos de este estudioso se sitúan en distintos episodios de su historia, como el de la ruptura entre Albania y la URSS, en 'El largo invierno' (1977) o la ruptura entre Tirana y Pekín, en 'El concierto' (1988). Uno de los rasgos más característicos de su obra es el de estar permanentemente abierta: Kadaré reelabora sus escritos, de manera que los poemas los convierte en relatos y éstos se alargan hasta ser novelas mientras éstas, en ocasiones, se reducen a cuentos. Y pese a que trata las grandes preocupaciones y debates de la humanidad, el tema central de su obra es el totalitarismo, sus mecanismos de funcionamiento y las complicidades que lo hacen posible.

Esta obsesión literaria culmina en 'El palacio de los sueños' (1988), publicada en 1981 en Albania, cuando todavía regía la dictadura comunista. En ella, este miembro de la Academia de las Ciencias Morales y Políticas de París y de la Academia de las Artes de Berlín construye una inmensa parábola de la perversión despótica, en la que en un país imaginario, una inmensa maquinaria al servicio del poder absoluto, la Oficina del dormir y el soñar, controla la vida onírica de los ciudadanos.

En esta vigésimo novena edición de los Premio Príncipe de Asturias, que se entregarán el próximo mes de octubre, ya han sido premiados Norman Foster (Artes), David Attenboroug (Ciencias Sociales), Universidad Nacional Autónoma de México (Comunicación y Humanidades), OMS (Cooperación Internacional), Ismaíl Kadaré (Letras), Martin Cooper y Raymond Samuel Tonlinson (Investigación Científica y Técnica). Pero no se conocerán más nombres hasta el 3 de septiembre, cuando el jurado hará público el fallo del Premio de los Deportes y el 10 el de la Concordia.

EUROPA PRESS